La
Policía portuguesa sorprendió en dos ocasiones al conductor cuando hacia eses por la carretera
y el juzgado del pueblo aplicó la legislación y, en febrero pasado, le impuso una multa y la prohibición de conducir durante siete meses cualquier
vehículo... de motor, según informa el
Diario de Noticias de Lisboa.
El cumplimiento de la sanción no impidió legalmente al agricultor, cuyo nombre responde a las iniciales J.R., volver a subirse al carro y poner en peligro su vida, la del burro y la de quienes circulaban por la carretera donde fue detenido en agosto con un nivel de alcohol en la sangre propio de una borrachera total.
El juzgado de Celorico da Beira, a unos 380 kilómetros al noreste de Lisboa, ha vuelto a imponer una multa al reincidente, que se ha declarado ante el tribunal insolvente y resignado a ir a la cárcel, pero decidido a beberse allí 'todo el vino que encuentre'.
J.R. admitió en el juicio su peligroso comportamiento a las riendas del vehículo pero lo justificó con el argumento de que bebe abundantemente todos los días, no sólo los que conduce el carro.